Desde la Despensa Común de la Red de Solidaridad de Burgos nos vemos en la necesidad de aclarar nuestra postura respecto al Banco de Alimentos.
Las semanas pasadas, como todas las anteriores desde marzo, compañeras de la Despensa pusieron mesas de recogida de alimentos frente a un supermercado. Estas mesas resultan fundamentales a la hora de suplir las necesidades alimentarias de centenares de personas.
Sin embargo, hace unas semanas, coincidiendo con la recogida televisiva del Banco de Alimentos se produjo una situación desagradable. Unas compañeras tuvieron que irse ante la amenaza del supermercado de llamar a la policía por estar “engañando y robando a la gente”.
Sabemos que en Madrid fueron las propias personas del Banco de Alimentos quienes trataron de expulsar del supermercado a las mesas de recogida de la Red de solidaridad. Viendo estas respuestas parece que la campaña del Banco de Alimentos está dirigida, además de a recopilar alimentos para sí, a desplazar y criminalizar otras formas de organización.
Entendemos las buenas intenciones de muchas de las personas que forman parte del trabajo de base del Banco de alimentos y de la población a la hora de donar, y como creemos que parte de su actividad es desconocida para gran parte de la ciudadanía queremos exponer cómo trabajan y lo que nos diferencia.
La FESBAL, la entidad aglutinadora de bancos de alimentos, autodenominada apolítica y aconfesional, ya ha sido señalada en numerosas ocasiones por dirigir los alimentos a entidades antiabortistas, conventos, residencias de los legionarios de Cristo o centros relacionados con el Opus Dei. Alimentos que provienen además en su mayoría de contratos con grandes superficies, beneficiando y aumentando aún más su capital.
En la directiva del banco de alimentos de Burgos encontramos los nombres de directivos jubilados de empresas e inmobiliarias, que tras años de explotación de las trabajadoras buscan limpiar su conciencia.
Quienes dirigen, bajo sus intereses de clase, el banco de alimentos de Burgos son los mismos burgueses que explotaron a nuestros abuelos y contra los que se organizaron huelgas históricas. Como es el caso de la fábrica Gala, cuyo exdirectivo, el mismo que fue enemigo declarado de la clase obrera de nuestra ciudad, es ahora vicepresidente del Banco de Alimentos.
Nuestro modelo es completamente opuesto, y persigue unos objetivos contrarios. La red lleva funcionando como bien es sabido desde marzo de este año de forma continuada, autogestionandose con el trabajo y las donaciones de todas las personas integrantes y militantes.
Nos basamos en el apoyo mutuo, las personas que reciben alimentos colaboran directamente en los turnos de trabajo de la red y es esa implicación la que mantiene el proyecto activo y en crecimiento.
No creemos en la caridad que defiende el Banco de alimentos porque consideramos que no es una solución real a los problemas de las personas, simplemente un parche que cronifica las situaciones de pobreza y que muchas veces aporta más a la persona que da que a la que necesita. Además de no ir a raíz del problema y partir de una posición jerarquizada entre las personas en la que no creemos, ni consideramos justa.
No queremos depender de la caridad de quien se ha enriquecido a costa de nuestro empobrecimiento, queremos tomar las riendas de nuestra situación desde la conciencia de clase; hacernos fuertes juntas y no depender de las migajas de lo que por justicia nos pertenece.
Por ello desde la red apostamos por unirnos y apoyarnos, por buscar juntas soluciones a los problemas compartidos, ocupando un papel importante frente a la crisis venidera como espacio de apoyo y resistencia.
“Que acabe la caridad, que comience la justicia”
Bibliografía y fuentes:
Documental Ouróboros: https://www.youtube.com/watch?v=qEgT03UUzuo&t=2298s